Voluntarios




Nada de esto hubiera sido posible sin los muchos maravillosos voluntarios que ayudaron durante la construcción. Éstos son algunos de sus testimonios.



Nunca me sentí tan enraizado a un lugar en tan poco tiempo, ni tan lejano a mi procedencia, como me pasó con esta tierra mixteca. Las mujeres, la banda, mi nána y Flavia, el río, el camino a Tlaxiaco, la pitufa..., estaban en mí y parecían haber estado siempre. Este proyecto cambió mi perspectiva acerca de la profesión, y fue a partir de participar en él cuando realmente supe qué es a lo qué me dedicaré y de qué manera lo haré.
El hilo conductor de cualquier proyecto, sea de la disciplina que sea, siempre ha de ser su parte humana. Este aspecto, que en los últimos años es extraño para muchos, aquí es un valor de verdad. De su humildad, dedicación y de ese afán de superación tan arraigado, aprendí tanto que en mí quedaron grabados para siempre esos viajes a Mixtepec y Ayuquililla. 
Adrían Torices


Viajar miles de kilómetros a un lugar que desconoces y estar rodeado de personas que tal vez nunca vuelvas a ver. Darlo todo por alguien que no conoces y al final aquel lugar se vuelve tu hogar y esas personas tu familia, !Vale la pena!
García Carlos Elí


“Para sentir hay que hacer” fue algo que una vez Dominga, una de las mujeres constructoras, le dijo a unos periodistas canadienses que fueron a conocer la experiencia de la Mixteca. Para mí es una frase que simplifica este tiempo que llevamos construyendo con las mujeres de Ayuquililla y de San Juan Mixtepec. Para aprender o sentir sólo hay una forma, y es haciendo las cosas, hacer lo que piensas
y sientes. Esta experiencia en la que llevamos dos años en la mixteca nos ha dejado mucho aprendizaje. He aprendido mucho más de lo que uno puede aprender en cualquier escuela de arquitectura. Hacer una arquitectura honesta.
Josué Olguín


Subir a la Sierra viente estudiantes en una furgoneta, siempre con buen humor; fue toda una experiencia compartir tanto con los amigos que subieron a construir como con la gente del pueblo; poner las manos en el barro y trabajar en equipo según las capacidades de cada uno! (los ladrillos de adobe pesan tanto!) Disfrutar de la generosidad de la gente que nos recibía, que nos trataban como si fuéramos de la familia compartiendo con nosotros la comida y la alegría de ver como poco a poco
las cosas se terminan. Para mi lo mas importante de esta experiencia fue ver como en estos pueblos gracias a estas construcciones se dignificaba la arquitectura tradicional con materiales del lugar, recordar que se puede construir una vivienda cómoda, sana y económica con los materiales que uno tiene a mano sin necesitar ir a la ciudad a conseguir cemento. En el caso de los pueblos de la mixteca, con Adobe for Women, me pareció emocionante ver como las mujeres se empoderaban y eran capaces de organizarse solas para armar sus casas. Me divertí mucho!
Aprendí mucho! Gracias compañeros!
Diana Vivanco


La experiencia que he adquirido y no termino de aprender es muy gratificante: ser parte de las mujeres de la Mixteca - como nosotros le decimos - es empezar el día con la tierra, para poder formar el adobe, y así continuar las etapas constructivas.
De armonía y fuerza nos empapamos todo un gran equipo, ¡qué más decir!, sin ellos esto no sería posible.
El pasar grandes anécdotas, experiencias y el compartir ideas es tan excitante, pero lo más hermoso que no puedo olvidar es el rostro de alegría de cada mujer al ver su casita hecha realidad.
Bruno G. Salinas


Se dice que la arquitectura debe actuar de acuerdo con las necesidades de su tiempo, de la sociedad a que pertenece. Pues es junto con este grupo de jóvenes arquitectos que estoy encontrando las más grandes enseñanzas en arquitectura, en los viajes a las aldeas, en la observación de las casas
vernáculas, en las particularidades constructivas de cada local. Redescubrimos la belleza y simplicidad para resolver los detalles más importantes. Para mí, un desvelar de grandes misterios entre las teorías y detalles proporcionados por libros especializados y la verdadera simplicidad de su función. Sé que aprendemos mucho más de lo que damos. Pero en verdad, lo más gratificante
es darme cuenta que el esfuerzo realmente funciona. La felicidad de las señoras de la Mixteca en sus nuevas casas en construcción; los momentos de risa y charla con el pueblo de las aldeas que redescubren el orgullo en sus técnicas y siguen solos el trabajo empezado juntos. Son mis jóvenes colegas arquitectos que, sin miedo, empiezan sus primeros proyectos con las técnicas aprendidas en la aldea, con consciencia de las dificultades que nos esperan ante la falta de confianza en los materiales naturales. Es principalmente percibir que, a pesar de las dificultades hay gente que no renuncia y, como dice Joao, “seguir haciendo sólo porque sí, sin razón mayor”.
Maria Manuel Ponte


El objetivo inicial siempre fue servir a la comunidad. Es una grata experiencia aprender de los demás y que los demás aprendan de ti, que cada uno ponga su granito de arena para alcanzar el propósito sirviendo a personas que lo necesitan.
Todos debemos cooperar por igual y aceptar las ideas que cada uno propone.
Creo que somos capaces de generar conocimiento si trabajamos en equipo. A pesar de no conocernos y de tener ideas diferentes, apuntábamos siempre a un solo objetivo: el servir.
Estuveron presentes el compromiso y la dedicación del equipo de trabajo que se formaba cada fin de semana, los ya conocidos y los que quedaban por conocer. Cada uno aprendió a ejecutar las tareas que se tenían que realizar.
Hemos pasado largas horas juntos, nuestra perseverancia, el compañerismo, y la dedicación nos han ayudado. Tal vez nos hemos encontrado con obstáculos pero han sido esos obstáculos los mismos impulsores para superar los problemas y llegar a la meta final. Profesionistas y no profesionistas con los que hemos trabajado han asumido actitudes de respeto, diálogo, comunicación abierta y afectuosa. Además de ser sensibles ante las vivencias, modos de vida, pautas culturales y costumbres.
Se trabajó con una de las poblaciones más desfavorecidas en cuestión económica, en el ámbito rural pero con un entorno de cooperación, educación, desarrollo local y autoconstrucción.
Jorge Vásquez Martínez


Mi experiencia en las comunidades fue muy grata ya que me abrió el panorama del grado de pobreza extrema que atraviesa México día a día y, sobre todo, las condiciones inadecuadas de vida de cada una de las comunidades más marginadas en el estado de Oaxaca.
Fue muy significativo para mí involucrarme de lleno y contribuir en la construcción de un techo donde resguardarse para cada uno de los habitantes de las comunidades de la Mixteca. Aplicar las técnicas tradicionales y los auténticos materiales de la región, culturas y criterios de procedimientos y
sobre todo la sencillez y humildad que cada uno de nosotros tenemos, y que debemos aprender a desarrollar sabiendo apoyar a la gente más necesitada, así como saber trabajar en equipo y valorar las oportunidades de vida que Dios nos brinda.
Espero seguir apoyando el mejoramiento del tejido social que requiere de mayor intervención en educación, salud, alimentación, comunicación, servicios municipales entre otros.
Manuel Emiliano Delgado Durán


En noviembre del 2011 llegué a Oaxaca para participar en el proyecto Mujeres de Adobe (Adobe for Women). A finales del mes anterior había dejado mi trabajo en Lisboa, soñando contribuir con lo mejor de mí para el proyecto y aprender lo máximo en mi estancia en Oaxaca. Y sí, aprendí
mucho. Además de haber aprendido a construir con mis manos, aprendí, más que nada, de la gente que está detrás de los muros de adobe. Cada familia, cada historia, cada sonrisa me hicieron entender mucho de la naturaleza humana y de la vida, de sus luchas diarias con sus problemas reales en
condiciones muy difíciles. Las mujeres que se entregaron a la construcción de sus casas son  verdaderas heroínas que todos los días se paran con la única misión de sacar a sus familias adelante. Para ellas toda mi admiración.
Catarina Gabriel


Patios con gallinas, cerdos con una deliciosa receta entre sus carnes, burros capaces de botar lágrimas. Cuando recuerdo la Mixteca aparece Regina sentada desplumando un guajolote y metiéndolo en una olla hirviendo para hacernos unos deliciosos tamales; recuerdo a su hija diciéndome “pruébala que es mi sopa favorita”. Una sopa de insectos que sin caer en mito sabía a pollo y estaba exquisita. Recuerdo las noches frías con el cielo repleto de estrellas y los amaneceres llenos de matices con una tortilla caliente el mano; recuerdo las manadas de perros callejeros y los grupos de gente que subían al cerrito para adorar a la virgen. Para mí, conocer los proyectos de los pueblos del valle y de la Mixteca, a sus mujeres de barro ha sido una de las experiencias más auténticas y bonitas que me ha regalado la vida.
Rebeca Mayo


Construir colectivamente con las manos. El trabajo que se realiza junto con las comunidades en Oaxaca es una experiencia de intercambio cultural, de enriquecimiento mutuo, de aprendizaje y de vida. Todo el que pasa por allí vuelve siendo otra persona.
Cecilia Brañas


Gran parte de mi vida va a ser dedicada a las comunidades indígenas, el iniciar esta misión con Adobe For Women me sensibilizó y llenó de satisfacción. En ese modo de vida entiendes aspectos sociales, arquitectónicos y urbanísticos que pondrás en práctica y mejorarás a lo largo de esta labor. No me queda más que agradecer esa gran oportunidad, la que se verá reflejada en esos logros a futuro. Además me llevo a esa gente tan linda que de una u otra forma deja una huella en mi camino y corazón. Excelente equipo, gracias.
Elsa Ortega


Construir casas en la Mixteca en conjunto las mujeres de las comunidades y con los outro voluntarios es una experiencia que no se limita a tecnicas de construción y arquitectura vernacula. Es algo mucho mayor que expone identidades de pueblos y comunidades con una cultura y historia muy ricas.
Joana Torres


Llegue aquel día con todos los demás sin saber bien lo que me esperaba. Íbamos lejos y a construir. Al pueblo y con la tierra. Subes tu mochila, te juntas a los demás y vas. Ahí muchos ya se conocen y otros son como tu.
Acabados de llegar a un lugar nuevo con gente nueva a construir. Te dan herramienta, te dicen que hacer. Te impresiona la inmediatez de todo. Estas ahi, estas a construir. Te impresiona el corto camino entre el llegar y el hacer. Lo haces, quizás mal al principio pero poco a poco tu mano mejora, tu cuerpo endurece y aprendes. Todo el dia lo haces como puedes. Dejaste atrás todo que sabias y aprendiste. Ves lo que era y lo que será, lo que es y lo que puede ser. Mas que a construir, aprendes que voluntad y conocimiento hacen cosas. Que tu, como los demás aprendiste y puedes hacerlo. Ves que todo está ahi a tu alcance, ahi o en cualquier lugar. Que todos lo sabemos y podemos. Haces más um pedazo, algo ahi es tuyo, para ellos y para ti.
Tiago Seixas


Mujeres fuertes, decididas, manos femeninas endurecidas por el trabajo, que se llenan las uñas de tierra sin un pesar. Mujeres ejemplo a seguir es lo que vi en este noble proyecto. En el cual construyen un hogar, no sólo para resguardar a su familia, un hogar firme donde educarán y forjarán personas con valores, en el cual enseñarán a sus hijos a trabajar por lo que quieres. Mujeres de barro que nos demuestran que los sueños pueden volverse realidad, son una gran lección de vida para nosotros. Con ellas descubrí que la hermandad, la decisión y la unión son conceptos que forjan tu vida. Siempre va a ser una delicia bailar para hacer la mezcla, sentir la tierra entre los dedos de los pies. Que venga más Mujeres de Adobe.
Jennifer Pochat


Desde mi primera visita con la banda me volví a enamorar de la arquitectura y sobre todo la arquitectura vernácula, y agradezco haberlos conocido. Además ha sido una experiencia muy hermosa ir a construir, porque aprendes realmente que la arquitectura no se hace en una oficina, si no que se logra cuando la construyes y es único, cuando te involucras y lo realizas con tus propias manos, además de convivir con todas las personas que han ido, con las mujeres de la mixteca, los señores del valle y la banda te hace sentir feliz.
¡Y a seguir construyendo!.
Soledad Alcantara


Nada abraza más el alma que reencontrar las raíces de donde desciendo. De volver a hermanarme con el olor a tierra en la Sierra de Guanajuato, al sentir las semillas en los bosques de Jalisco o al deleitar los atardeceres en el “país de las nubes”, la Sierra Mixteca de Oaxaca. Imágenes que van acompañadas del amor que se intercambia con la gente de las comunidades: el amor que me dan en un plato de frijoles con el amor que dejo en un juego con los niños; el amor que me dan en el hospedaje con el amor que dejo en la plática con el “viejo sabio”; o el amor que me dan en su fe con el amor que dejo al pisar el barro, y dar vida a un Abobe.
Mario Alberto Martínez Ledezma


Una de las experiencias y enseñanzas más grande que me han tocado vivir, hasta ahora, es salir a construir en las comunidades con amigos, paisanos, las señoras de la Mixteca y Valles Centrales y personas que no conocía. Mi admiración a todos los amigos que colaboran mano a mano con Mujeres de Adobe por el entusiasmo, la humildad y las ganas con las que trabajan, y de esa forma ayudan a soñar y hacer realidad los proyectos. Los viajes en los cuales vamos a construir me han enseñado a valorar lo que tenemos en nuestros pueblos, ya que nuestros abuelos nos dejaron un gran conocimiento en la construcción y de la cual nosotros comenzábamos a olvidar, pero gracias a estos proyectos ahora se está volviendo a vivir de verdad. ¡¡¡ Un poco de nuestro trabajo, hace la diferencia!!!
Gerardo Coronel López


Mi experiencia en el proyecto “Adobe for woman” ha sido muy grato a pesar de mi corto tiempo como contribuyente.Estos dos proyectos me han enseñado lo que realmente deberían enseñarte en las “Escuelas de Arquitectura”, el poder ayudar a los demás con mi profesión, cuyo objetivo en la actualidad parece ser, el ganar dinero y servir a uno mismo, cumplir nuestros caprichos arquitectónicos modernos. El ir a la Región Mixteca de Oaxaca ha reforzado la idea que trate de mi Tesis, y me ayudó mucho en no solo quedarle en la teoría, sino que lo que yo creía por fin lo pude comprobar en la práctica. Construir con mis propias manos esos espacios de lo que tanto hablamos es increíble, hacer una pieza llamada “adobe”, ponerla en el muro que será parte del nuevo hogar de una familia humilde y que aún sigue arraigada a su cultura me es muy reconfortante. Cada fin de semana que nos reunimos, que conocemos gente nueva, que platicamos en lo que se hizo anteriormente y en lo que se hará, es un fin de semana que por lo menos yo espero ansiosamente, a pesar del trabajo duro que se hace, de lo cansado que puedas estar al final del día, al ver tus manos marcadas por el trabajo que hiciste hoy... es una experiencia que jamás cambiaría por nada del mundo! Y que me encantaría que más personas (y no solo arquitectos) tuvieran esa experiencia y vivieran lo que realmente es la arquitectura, una profesión social, un compromiso con nuestra cultura, con nuestras comunidades.
Pienso que este tipo de proyectos deberían extenderse a más estados del país, y que las Universidades empiecen a difundir y practicar estos proyectos y no solo nos den enseñanzas ficticias e utópicas. Desgraciadamente esta es la realidad de la Escuela de Arquitectura, se encasillan en proyectos utópicos y no ven lo que está afuera, la realidad de nuestro país y de nuestras comunidades indígenas, creo que debemos de salir de esa ilusión y practicar estos proyectos como Adobe for women.
El viaje dentro de ese trabajo me ha abierto los ojos, he aprendido muchísimo, tanto en la construcción en general como en particular con la tierra y los pocos recursos que se cuentan, me ha ayudado a romper con esos vicios modernos que te da la escuela y a saber que puedes hacerlo con
herramientas a la mano y muchas ganas de trabajar. Esto es realmente un trabajo en equipo.
Alejandra N. Hernández Luis.